Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), más del 75% de los mexicanos viven con niveles moderados o altos de estrés, y 19.3% presentan ansiedad severa. Estos preocupantes niveles han aumentado significativamente en las últimas décadas en nuestro país.
Factores como el tráfico, la inseguridad, la presión laboral, las dificultades económicas y los eventos traumáticos han desempeñado un papel central en este fenómeno. Incluso los cambios de vida, como mudanzas o pérdidas personales, pueden contribuir a elevar los niveles de estrés y ansiedad.
El tratamiento de estos trastornos mentales requiere un enfoque integral y un diagnóstico oportuno. Hablar con profesionales de la salud mental permite a las personas manejar sus emociones de manera más efectiva.
Además, estrategias de autocuidado como técnicas de relajación, cuidado de los horarios de sueño, ejercicio físico y una alimentación saludable, son fundamentales para el bienestar emocional.
En los últimos años, también se han realizado investigaciones sobre la influencia del eje intestino-cerebro. El equilibrio de la microbiota intestinal podría tener un impacto significativo en la salud mental. Por ello, la ingesta de probióticos recomendados por un especialista podría ser un aliado valioso para disminuir los síntomas de estrés y ansiedad.
El bienestar integral no debe considerarse un lujo, sino una necesidad primordial para llevar una vida plena y saludable. Es hora de abordar seriamente estos desafíos de salud mental en México.
