Álvaro Ramírez Velasco
El afianzamiento definitivo de la relación del Gobierno de Puebla con la Federación, entendida como la administración federal, más las entidades, quedó claro este miércoles, con la presencia de 11 mandatarios y mandatarias y el jefe del gabinete lopezobradorista, Adán Augusto López Hernández, con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, como anfitrión.
El motivo, la firma de los convenios de Colaboración en Materia de Seguridad con los Estados Limítrofes y de Coordinación del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) 2023, con los que se refuerza el presupuesto para el combate a la delincuencia.
Las señales de respaldo a Puebla y a su gobierno, además de inequívocas, fueron contundentes y generosas, en sincronía con la cordialidad y construcción de puentes que el mandatario poblano ha tenido, desde el pasado 19 de diciembre, cuando a tres días de haber sido electo como gobernador por el Congreso local, Sergio Salomón se reunió con el Presidente y otros jefes de Ejecutivos estatales, en Palacio Nacional.
Las señales políticas en la ruta hacia 2024 también abundaron este miércoles en Puebla y todas dibujaron a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, como una estrella política ante sus pares y, particularmente, con un énfasis de cariño de los actores políticos, alcaldes y funcionarios, morenistas poblanos.
Eso que llaman el aplausómetro, el entusiasmo que una personalidad provoca en el auditorio al ser presentada, sin duda fue para Claudia.
Los asistentes al acto en el que también se entregaron patrullas a los municipios fueron prudentes y no terminaron por gritar el clásico “pre-si-den-ta, pre-si-den-ta”, aunque ganas no les faltaron.
En cambio, sí hubo un sonoro y masivo “Claudia, Claudia, Claudia”, sin demeritar la cortesía también con aplausos, antes, para el titular de la Secretaría de Gobernación federal, Adán Augusto López.
La avalancha de peticiones de fotos, de selfies, con la jefa de Gobierno de la capital del país fue otro indicador de su popularidad y respaldo entre sus pares.
Por supuesto, decenas de alcaldes y alcaldesas poblanas querían salir con ella a cuadro.
Pero el entusiasmo también se les contagió a gobernadores y gobernadoras: Indira Vizcaino Silva, de Colima, puso el desorden con alegría para las selfies.
La siguieron en distintos momentos Ricardo Gallardo Cardona, de San Luis Potosí; la muy entusiasta mandataria guerrerense Evelyn Salgado Pineda, entre otras y otros.
Pero merece una mención aparte, no sólo por su particular viveza, sino porque se trata de una gobernadora panista, el cariño que abiertamente le demostró la gobernadora de Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel, en los saludos y también en el momento de la fotografía junto a la jefa de Gobierno y a otras de sus colegas.
En Puebla, en donde ya varias veces ha quedado la huella de que se trata de Territorio Sheinbaum, Claudia dejó señales de su ruta y su popularidad, también en la cúpula.
Dicen los políticos de viejo cuño y amplia sabiduría, que las candidaturas se ganan abajo, con la gente, pero nunca hay que desatender lo que pasa arriba.