Álvaro Ramírez Velasco
Con símbolos que merecen una interpretación puntual, la marcha en conmemoración del 85 Aniversario de la Expropiación Petrolera dejó varias señales para Puebla y los personajes poblanos que miran con interés y hasta con ansiedad la ruta hacia la elección de 2024.
Presente y futuro se conjugaron el sábado en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, en donde el Presidente de la República dejó, una vez más, evidencia de que es un mandatario popular y con alta aprobación.
1.- EL GOBERNADOR Sergio Salomón Céspedes Peregrina ha llegado a la plenitud del reconocimiento nacional, incluida la del propio tabasqueño, y de sus pares de otras entidades.
Muy lejos están los intentos estériles de quienes pretendieron hacer ruido contra él y ha dejado evidencia clara de que tiene la interlocución directa, sin intermediarios, con Palacio Nacional, así como con sus pares de otros estados, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y de los partidos de oposición.
2.- LA MOVILIZACIÓN de más de 15 mil poblanos, sin contar quienes se quedaron con las ganas de asistir, es muestra de que esa capacidad del morenismo estatal sigue fuerte. Puebla tiene músculo y reflejos.
3.- LOS NUEVOS ROSTROS de la carrera por la sucesión aparecieron encabezando el contingente poblano que hizo base en el Zócalo y tuvo lugar de privilegio, muy cercano al escenario y compartiendo butacas con la clase morenista nacional.
El titular de Gobernación estatal, Julio Miguel Huerta Gómez, quien libra una carrera ardua contra el calendario para consolidarse en la competencia por la gubernatura, estuvo en primera línea.
También la titular del campo poblano, Ana Laura Altamirano Pérez, quien regresó, con toda seguridad, la memoria al lejano 2006, cuando como agrónoma trabajó en el gobierno de la capital del país y como activista fue parte las concentraciones lopezobradoristas y de las brigadas que defendieron el voto por voto, cuando a Andrés Manuel le robaron la Presidencia.
Además de la foto, algo habrá platicado con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, Mario Martín Delgado Carrillo, quien estuvo en la misma área que la oriunda de la junta auxiliar de San Juan Amecac, del municipio de Atzitzihuacan, Puebla.
4.- RUGIÓ EL ZÓCALO cuando se anunció la presencia de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo. No hay aspirante presidencial más popular y de respaldo más sólido.
A pesar de las voces que, con amargura, dicen que ella se “ha estancado en las encuestas”, pareciera que no hay posibilidad aritmética de que los otros pretendientes de la candidatura de Morena logren una curva al alza, que les permita para alcanzarla.
Esa es señal para Puebla, cuyo morenismo la respalda mayoritariamente, como lo es para el resto del país.
5.- CERCANO estuvo el presidente del Senado de la República, Alejandro Armenta, con un lugar debajo del escenario, en la concentración, al lado de otros legisladores y personajes. Se podrá decir que fue ubicado ahí por su actual cargo de titular de la Mesa Directiva de la Cámara Alta, pero, si lo vemos con el morbo local, no se puede pasar por alto que en esa área estuvieron también mandatarios y, sobre todo, los candidatos de Morena a las gubernaturas de Coahuila, Armando Guadiana, y al Estado de México, Delfina Gómez; los dos, por cierto, senadores con licencia.
De lo que ocurra en esas dos elecciones de junio próximo, dependerá la estrategia para la designación del abanderado o abanderada de Morena a la gubernatura en Puebla. Si en el lopezobradorismo quieren votos, muchos votos, y el triunfo en ruta segura en el quinto estado con más sufragantes, el morenismo deberá apostar por quien tiene más arraigo y arrastre.
En el imaginario político todo lo anterior dice mucho.