Álvaro Ramírez Velasco
Aunque ha habido desconcierto en un sector respecto de los cambios en el gabinete del Gobierno del Estado, las piezas que eligió el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina para sumarse a su equipo son las adecuadas, en función de la estrategia que ha trazado para los más de 600 días que tiene por delante.
Además de que es su facultad unipersonal, como titular del Poder Ejecutivo, el mandatario está trazando la ruta que debe seguir, desde su visión, para fortalecer las acciones de gobierno, garantizar la gobernabilidad y cumplir con la Cuarta Transformación (4T) nacional, desde Puebla.
Sergio Salomón no está gobernando para el aplauso, sino con eficiencia como prioridad.
Lo que en Puebla ocurra con la 4T será su responsabilidad y las cuentas que entregue a los poblanos y poblanas, y a su lugar en la historia contemporánea, están únicamente en el ámbito de su responsabilidad.
Si hay reconocimiento será para él y su equipo, mientras que si llega a haber reproches, al final del camino que le ha tocado recorrer como gobernador, serán también para ellos. Está claramente por descontado que el gobernador lo hace también con esa ponderación.
Los nombramientos de Isabel Merlo Talavera, como secretaria de Educación Pública; Omar Álvarez Arronte, al frente de la Secretaría de Movilidad; y Melva Navarro Sequeira, en la Secretaría de Igualdad Sustantiva, deben saber leerse no solamente como producto de la renovación por “sello personal”, sino que el sello personal de Sergio Salomón es la búsqueda de la eficiencia, dinamismo y gobernabilidad.
Algunas de esas modificaciones incluso el fallecido mandatario Miguel Barbosa Huerta las tenía ya contempladas, antes de que lamentablemente lo sorprendiera la muerte.
Sergio Salomón hace, con estos cambios y otros que ha anunciado que vendrán, lo que se requiere. Fortalece su control sobre la administración pública, indispensable para lo que viene.
Con su estilo de conciliación también ataja cualquier disputa que pudiera haberse generado internamente en el gabinete.
Lo hace con cuadros externos, pero de expresiones políticas que de por sí eran aliados del gobierno.
Sergio Salomón es un político hábil y, por supuesto, no va a dejar que su periodo gubernamental navegue al pairo, sin rumbo ni control, pero tampoco va a desapegarse del lopezobradorismo.
No lo hará, porque además se ha consolidado como uno de los principales gobiernos aliados del Presidente de la República, del gabinete federal en pleno y de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y puntera en la ruta al 2024, Claudia Sheinbaum Pardo.
Resultaría pueril suponer que los cambios que ha hecho en su gabinete y los que vendrán no están en la sintonía con el centro del poder federal.
Estrategia, solidez y gobernabilidad. Que así se lea.