Los Juegos Claudia vs. Beatriz Elena, la contienda que merecemos
Álvaro Ramírez Velasco
Al plantearse la reedición, para la elección presidencial, de la alianza Va por México, que unió a PRI, PAN y PRD en los comicios intermedios de 2021, se dio por hecho que la candidatura a Palacio Nacional la pondría Acción Nacional. Pero las cosas no están resultando así.
La lógica era impecable: en esa triada, AN es el partido más competitivo y con mayor potencial de voto en las preferencias de los ciudadanos.
Sin embargo, al conformarse y avanzar el proceso interno del Frente Amplio por México, las cosas se han complicado y podrían salir muy mal para los panistas. Se asoma la posibilidad de que esa candidatura sea para la senadora priista Beatriz Elena Paredes Rangel.
[Aquí hay que recordar, entre corchetes, que en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) las cosas ya están prácticamente definidas a favor de Claudia Sheinbaum Pardo].
En la oposición, en tanto, la selección final de la candidata se tomará con base en dos métodos: una encuesta y una elección directa y abierta a la población.
La primera, sin problemas la ganará la senadora Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, quien no es oficialmente militante del PAN, pero siempre ha estado como agregada a ese partido.
La estridencia con que irrumpió en el escenario electoral rumbo a 2024, junto con una falsaria imagen de humildad y cercanía con la gente, muy bien aprovechada, así como una tergiversada historia de vida, le valieron convertirse en la novedad y ganar adeptos.
A ello hay que sumar la promoción involuntaria que le hizo el presidente de la República desde su mañanera.
El segundo método para definir la candidatura presidencial será la votación directa y abierta.
A pesar de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) vive su peor momento, con fuga masiva de militantes y simpatizantes, conflictos intestinos caníbales y carece de aceptación entre la población, conserva algo de la capacidad de movilización y un bien aprendido esquema de trampas, que en el pasado lejano lo convirtieron en el partido invencible.
La elección es muy previsible que la gane la también senadora Paredes Rangel.
Sería, sin duda, una mejor candidata, a pesar de ser el tricolor. La ex gobernadora de Tlaxcala es una ideóloga, una pensadora y una política con trayectoria y experiencia.
Es una mujer de Estado.
La definición tendrá que ser entre Bertha Xóchitl y Beatriz Elena, porque además el ex secretario de Gobernación de Vicente Fox y recientemente presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, terminó cumpliendo el pronóstico que se le anticipaba: no entusiasmo ni a los duros de su partido.
El PAN hizo un compromiso sin cálculo suficiente y, a pesar de ser el partido dominante del Frente, podría quedarse sin poner a la candidata, porque en las reglas de este juego, concedió competir en el deporte en que su socio, el PRI, es docto: el acarreo a las urnas.
En su entrega del 13 de agosto, el periodista Ignacio Ángel Juárez Galindo, director editorial de Hipócrita Lector, advirtió que el candidato o candidata lo podría poner, en la alianza opositora, el PRI, porque “la estructura priista se encuentra muy bien articulada”.
La reflexión e hipótesis, que refrenda El Reforma en la columna Templo Mayor de este domingo, la sustenta -entre otros elementos- el periodista poblano en las firmas que pudieron recolectar los aspirantes, antes de las eliminaciones en que solamente quedaron tres (Paredes, Gálvez y Creel).
“Xóchitl Gálvez obtuvo 554 mil 699 firmas de respaldo, de las cuales 426 mil 727 (78.7 por ciento) fueron de ciudadanos, 90 mil 143 (16.2 por ciento) de los partidos políticos y 27 mil 839 de sus promotores.
“En segundo lugar, se ubicó Beatriz Paredes Rangel con 452 mil 934 rúbricas, de los cuales 195 mil 610 (43.1 por ciento) fueron de ciudadanos; otros (38.6 por ciento) y 81 mil 362 de sus promotores…”
Una cosa es incontrovertible: si es Beatriz Elena quien competirá contra Claudia Sheinbaum Pardo, la elección entonces tendrá un gran nivel político, de propuestas y de debate.
Uno que le hace mucha falta y que México se merece.