Los Juegos Aquino y la serenidad del estratega (una alegoría beisbolera)
Álvaro Ramírez Velasco
Al secretario de Gobernación del estado de Puebla, Javier Aquino Limón, le gusta mucho el beisbol. Muchísimo. Comparte la afición que presume orgulloso el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y como él es un profundo conocedor de las estrategias del llamado Rey de los Deportes. Muchas de éstas -aseguran los avezados en el tema- se pueden aplicar a la política.
Javier suele ir a los partidos de beisbol, o eso hacía con frecuencia antes de estar, desde diciembre, de lleno en el gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien lo nombró el martes titular para la gobernanza en Puebla, labor en la que, de algunas maneras, ya estaba involucrado, como jefe de gabinete.
Cuando el arquitecto oriundo de Acatzingo, Puebla, en donde fue presidente municipal entre 2022 y 2005, asiste a los estadios o a los partidos, suele sentarse entre home y la tercera base.
Los conocedores del deporte aseguran que es desde ahí donde los estrategas ven mejor el juego y pueden proyectar las decisiones en busca del triunfo.
Aquino ve, pero también juega. Hay un amor ancestral por el beisbol en toda la región que lo vio nacer y que el conoce a detalle. Hay varios héroes locales que han llenado de orgullo a los aficionados, por allá y en todo el estado de Puebla.
Cuando va a los partidos -dicen sus amigos- suele ver con serenidad las nueve entradas o más, si hay extrainnings.
También sus cercanos reconocen en él una característica que es su esencia: nunca lo han visto enojado.
No es común en un político.
La escuela legislativa se ha notado en el trabajo y en la vida profesional de Aquino Limón. Ha sido dos veces diputado local, una como propietario, entre 2005 y 2008, y otra como suplente de la curul que, en la LIX Legislatura local (2014-2018), fue titular el hoy gobernador Sergio Salomón, cuando incursionó por primera vez en la vida parlamentaria.
Se conocen muy bien, muy de cerca y con camino y triunfos juntos, desde al menos el año 2013. En esa campaña por la curul del Distrito de Tepeaca, por cierto, le ganaron al morenovallismo. Fueron juntos entonces y siguen juntos. Ahora Javier es, expresa, formal e institucionalmente, el segundo de a bordo del gobernador.
Otra característica, además de la serenidad, del arquitecto -como le llaman con respeto por todo el estado- es su capacidad para dialogar con todos y no pelearse con nadie. No es común en un político. Pero lo ha conseguido.
Un líder de la izquierda histórica, quien es referencia para generaciones anteriores, Javier, El Güero, González Garza, ama también el beisbol y hacía muchas analogías respecto del deporte, la política y, especialmente, la vida legislativa.
El coordinador de la entonces bancada más grande que ha tenido el PRD en su historia en San Lázaro, con 126 curules, en la LX Legislatura federal (2006-2009), decía que su labor era como la del manager de beisbol: observar, analizar, saber a qué bateador enviar en el momento correcto; leer al adversario, para adelantarse a sus pretensiones; jugar al sacrificio tanto como ponderar los embates oportunamente: no siempre se pude buscar el home run, a veces basta con un toque o una base por bolas, para ganar el partido.
Son de tiempos distintos. Seguramente Aquino y El Güero González Garza ni siquiera se conocen, aunque comparten muchos gustos, al menos claramente el del beisbol.
La serenidad, el temple y la experiencia son hoy cualidades en el nuevo secretario de Gobernación de Puebla.
Aquino hoy está sentado entre home y la tercera base, pero el partido es en la arena política y él tiene la responsabilidad del estratega.